Narradora. Bióloga por la Universidad Autónoma Metropolitana. Ha sido investigadora en el Instituto de Ecología; jefa del Departamento Editorial de Difusión Cultural de la UAM; conductora del programa de radio “Muy Interesante”; coordinadora de talleres de narrativa en el Centro de Comunicación y Desarrollo; maestra de la Escuela de Escritores de la SOGEM. Presidenta de la Asociación Iberoamericana de Escritores; guionista del Canal Once; conductora del programa radiofónico “Palabras al oído”. Colaboradora de El Economista, El Universal, Época, La Plaza, La Vida Literaria, Memoria de Papel, Mundo Celular, Nonotza, y Vértigo. Becaria del Fideicomiso para la Cultura México-Estados Unidos, 1998; del FONCA y el Gobierno de Canadá para una residencia literaria en el Banff Centre for the Arts en Alberta, Canadá, 2000. Pertenece al SNCA desde 2003. Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 1996. Premio del Club de Periodistas 1997 por el programa radiofónico de divulgación de la ciencia “Muy Interesante”. Premio Nacional Narrativa Colima para obra publicada 2001 por Café cortado. En 2010, recibió el Premio Governor General de Canadá por la promoción de la literatura canadiense en México y en 2011 obtuvo el Premio Nacional Malinalli por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez de Tabasco. Parte de su obra aparece en diversas antologías nacionales como Cuentos eróticos mexicanos, Selector, 1995; La luna de miel según Eva, Selector, 1996; Historias para sentir, Ediciones SM, 2004, entre otras.
Desde sus inicios, el premio Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco se ha caracterizado por dar voz a aquellas muestras de la naturaleza que, aunque muchas veces desplazadas por la mancha urbana, ponen en evidencia cómo los ecosistemas resisten y se manifiestan de forma inesperada aún en medio de la ciudad más asfaltada.La presente edición conmemora el décimo aniversario de este galardón reuni...
El ojo humano —dice Averroes— es como un espejo donde se inscriben las formas de los objetos sensibles, es así que en él se graban las formas de esos objetos. Apenas el sentido común recibe la forma, la transmite a la virtud imaginativa, y después pasa al alma en su capacidad de discernir para —al final— instalarse como recuerdo en la memoria. Platón concibe la memoria unida a las sensaciones, ...